29.10.05

Mi librería

Paseando por el mundo que el Google Earth pone a nuestra disposición(?), no pude menos que apasionarme y recorrer una y otra vez los poquitos lugares que he tenido la dicha de conocer. Y de éstos, anclarme en Paris.
Buscar la casa de mi tia Denise. Contar las cuadras que caminábamos hasta la estación del Metro y ampliar la imagen con la absurda esperanza de llegar a ver la ventana desde donde contemplaba el Bois du Bologne y, por entre las copas de los árboles, la Eiffel (o como se escriba, pues el único(?) defecto de París es que todo está en francés!)
Imposible no terminar elaborando in mente la lista de cuánto! me falta por conocer de Paris y cuánto cuesta ahora el pasaje!
Y luego acabar llamándole a mi tia para contarle cuánto he estado pensando en ella últimamente. Siempre asociándola a las luces de esa ciudad que me embrujó y por la que mi espíritu ha vagado últimamente. Recorriendo sus calles en las fotos, en internet, en los recuerdos y hasta en esa peli que vi hace poco ("Antes del Atardecer")
Película copada que transcurre en París y comienza justamente en un lugar que me encantó y que ahora, investigando un poco más sobre él, no deja de fascinarme. Y donde, por supuesto, quiero volver!
La "Shakespeare & Co." (París)



Escena (en la puerta de la librería) de "Antes del Atardecer"


(Quien pudiera ser una July para este Ethan...)

Y de yapa, un poco más de la librería:

Leer, escribir, tal vez soñar
En pleno Quartier Latin, la librería Shakespeare & Co. ofrece una relación con los libros que parece sobrevivir de otros tiempos.

POR JORGE PINEDO, desde París

Suerte de informal academia de las letras inglesas en pleno París, la librería Shakespeare & Co. alberga en sus tres plantas un plus que excede el mero expendio de papel impreso. Por lo pronto, allí es difícil, imposible, ir en busca de un libro. Por el contrario, es más factible que el libro encuentre al lector, de inmediato desorientado entre las estanterías dispuestas sin orden ni lógica predecible: parecería como si los volúmenes fueran acomodándose a medida que van llegando, según una lógica indiscernible, sin arreglo alfabético, temático o genérico. Salvo que el experto vendedor se haya alguna vez, por azar, topado con el título exigido, es más que improbable hallarlo. La aventura por el absurdo, sin embargo, bien vale la pena.
Pues en “La Shakespeare” (para los habitués) no hay empleados despachantes sino expertos que comprometen su cuerpo con la literatura, literalmente. En efecto: el conjunto de los jóvenes de habla inglesa que allí trabajan, en el mismo lugar duermen y se alimentan. Sus lechos, roperos, espejos y hasta gatos intentan –vanamente– esconderse entre las pilas de libros, de modo que no es extraño ver aparecer en pijama un huésped-vendedor mientras se recorren los estrechos pasillos entre los anaqueles.
Personaje más que curioso, el estadounidense George Whitman (ningún parentesco con Walt) adoptó como política, desde 1956, un sistema precapitalista de prestaciones y contraprestaciones de acuerdo con el cual brinda (pintoresco, precario, subyugante) alojamiento y un guiso nocturno a cambio de cierto compromiso laboral. Este acuerdo consiste en atender la librería y discutir los propios escritos con los cofrades. Lejos de haberse constituido en un tugurio de marginales, La Shakespeare supo convertirse en un sitial privilegiado, especie de Sorbonne paralela, con el lustre de haber sido alguna vez habitada por escritores negros (Wright, Baldwin, Himes), blancos desteñidos como Burroughs y Ginsberg y, cómo no, Julio Cortázar.
La demanda de empleo oportunamente llevó a Whitman a adquirir el edificio lindero y habilitar otras comodidades (allí se cuecen las tertulias gastronómicas noctámbulas) y ampliar el horario hasta altas horas de la noche para su nutrido séquito de narradores, ensayistas, investigadores y letrados surtidos de inclasificable laya.
Ubicada frente al Sena, en las mismas puertas del Barrio Latino y mirando la popa de Notre-Dame, Shakespeare & Co. es nominalmente heredera de la librería del mismo nombre fundada en 1921 por Sylvia Beach en el Nº 12 de la rue de l’Odeon. Fue ella quien, nada más ni nada menos, osó editar por vez primera el Ulises de James Joyce y albergar a nómades y exiliados como Hemingway, Ezra Pound, Ford Madox, Gertrude Stein, T.S. Eliot, Sherwood Anderson o George Antheil. Cerrada en 1941 ante la ocupación nazi, tres lustros después recién pasó a manos de George Whitman, quien recuperó –hay quien afirma que con creces– el espíritu de la original. El viejo George se vale para ello de un desopilante humor, esa notable ideología anarco-monárquica; profunda sapiencia sobre literatura en general, inglesa en particular, y el manejo de al menos siete idiomas. Entre éstos, domina con presteza el cordobés poco erudito (su frase preferida: “Porteños hijos de puta, váyanse al carajo...”), con sonrisa cómplice y tonada típica incluida, confesamente adquirida -asegura– por transmisión sexual.
Es de rigor salir de la librería habiendo comprado algo, aunque más no sea el muy prolijo folleto que narra la historia de la librería desde los tiempos de Sylvia Beach. Los módicos cuatro euros del impreso suelen superar lo que cuesta cualquiera de los libros usados. Incunables, clásicos, bestsellers, guías, técnicos, infantiles, diccionarios, todos juntos sumados en una experiencia que transforma al coleccionista de libros en obligado flanêur.

Emiliando a las 8:52 p. m.

27.10.05

Warning!!

Este blog se llenó de visitas de familia pero les aviso que, sobre lo aquí publicado, no recibiré comentarios no sean publicados en este medio (je...)

Notifíquensen(?)

Emiliando a las 1:12 p. m.

Cinco pal cuarto

Hoy necesité algo. O mejor dicho, me faltó algo.
Cuando, por ejemplo, necesitás saber cuánto es 6 por 7 y no te acordás o directamente no sabés pero te salva el que sepas que 6 por 6 es 36 y que sumándole 6... tenés el resultado que necesitabas!
Eso será ser genius? (no, na que ver con el ratón)
No me refiero a zafar sino a que en la vida, el disponer de herramientas, caminos, dotes, alternativas o lo-que-sea a mano es lo que nos diferencia.
Por eso en muchas cosas soy demasiado diferente.
No siempre tengo planes bes!

Emiliando a las 1:06 p. m.

25.10.05

El sueño de las mil y una noches(?)









Emiliando a las 10:03 p. m.

17.10.05

Querido Blog,
Te escribo porque quiero dejar constancia de estos dias.
Anotá: mes de Octubre del año dos mil cinco, dos puntos.
1) Terremoto interior
No, no quiero dramatizar pero el remezón ha sido fuerte.
Quiero que esta movida de estanteria pase, como para empezar a contabilizar daños y cambios.
Algo cambió, todavia no sé, no entiendo, no abarco, no logro dimensionar.
Pero sonó, crujió y sé que algo se derrumbó porque aún duele.
Y aunque el dolor está localizado, quiero dar tiempo al tiempo para reconstruir lo dañado o, por primera vez en mi vida, darme cuenta que debo ayudarme simplemente pidiendo ayuda.
2) Nueva derrota
Hoy lo supe. No estoy lista.
Parece que no se deja de querer asi como asi, cuando uno quiere.
Hoy perdí otra batalla. Fue una fracción de segundo, al sentir en su abrazo un beso en mi cuello de repente mi mente me llevó a vos.
Y las siguientes y subsiguientes fracciones de segundos, creéme, que no son justas para nadie.
Asi, no va más.
3) En dias como éstos, realmente quisiera vacaciones de mi misma!

Emiliando a las 1:03 a. m.

13.10.05

Quiero

Dicen que hay que empezar por querer y yo quiero hace un rato laaaaaaaaargo!



Quiero mi casa, mi covacha, mi bulo, mi burdel(?), mi lugarcito.

Eso nada mas (y por el momento)

Emiliando a las 12:06 a. m.

12.10.05

El Dia de la Incoherencia

Hispanidad e indigenismo
VÍCTOR E. ORDÓÑEZ - ANALISTA DE TEMAS NACIONALES E INTERNACIONALES.

Diario de Cuyo - 12.10.05

"...para no parecer distraídos ni confundidos, que el antihispanismo que se disfraza de indigenismo es básicamente un anticristianismo, reclutado en torno a la excusa de un supuesto "holocausto", una etapa y una táctica para terminar con el Occidente católico del que nació Hispanoamérica y que tuvo a España como providencial instrumento."
Por pensamientos como éstos es que en un punto lamento ser cristiana y, en otro, siento verguenza ajena.
No puedo creer que haya neuronas que conecten y concluyan que fue providencial o divino el hecho de que una cultura por la prepotencia de las armas arrasara con la vida y cultura de tantos pueblos que habitaban América.
No hay intereses altruistas en una alteza real que planea expandir sus dominios y no hay precepto cristiano que pueda avalar semejante atropello.
Y que en pleno siglo XXI, que una persona con tantos elementos de juicio siga sacando conclusiones falaces como ésta, me sacan de quicio.
Es un sofista mas de nuestros dias. De impecable verborragia vacia de verdad y carente de real virtud cristiana.

Emiliando a las 1:15 p. m.

7.10.05

Correo

(de un mail que escribí hoy)
De lo poco que he aprendido sobre las relaciones, es que no importa cómo es la otra persona sino cómo se siente uno con ésa persona.

Nos enamoramos de alguien por cómo esa persona nos hace sentir.

Creemos que nos enamoramos por sus ojos azules, por cómo habla o por su buen culo... o siento que es mi mejor amigo porque es el que mejor patea al arco o el que siempre me presta $ o está cuando lo necesito... pero tengo ésta tesis de que todo éso al final de cuentas son cosas superficiales y ni importan.

No es verdad que busquemos personas taaaan afines a nosotros, pues seria re aburrido ser igual que el otro. Sino más bien, lo que importa es cómo uno se siente con ésa persona. Y puedo usar tu ejemplo: la amistad de una persona que sólo le interese hacer dinero no es en si positiva o no, sino que lo que importaria es cómo te sientes vos como amigo de él.
Y hay otra cosa, uno siempre quiere fundamentar todo lo que siente. Necesitamos una y otra vez justificar nuestros impulsos o poner en palabras las razones de todas nuestras simpatias, amores u odios.
No sé, tal vez es sólo una forma de ver las relaciones desde otra perspectiva. Verlas desde uno y no desde el otro.
Seria un "te quiero porque tenés los ojos más maravillosos del mundo" versus "te quiero porque a tu lado yo me siento o soy blah blah"

Bueno, sólo es una tesis(?) con bastante de delirio.
Supongo que mientras viva será siendo hipotética. Siempre y cuando todo ésto no sea simplemente efectos de una mala medicación.
Cualquier cosa, te informo(?)

Emiliando a las 12:07 a. m.

4.10.05

Feliz cumpleeeeeeee

"Que el tiempo no pasara
yo desearía
que siempre fueras niña
pequeña mía.

Que nada te entristezca
que nunca llores
que no conozcas penas
ni mal de amores."


("Consejitos", Mario Flores)


Emiliando a las 1:05 p. m.

2.10.05

A Tristán

Recuerdo tu pijama con muñequitos y la almohadita sin la cual no te dormias. Almohadita que alguna vez amaneció estrujada en el hueco que quedaba entre tu cama marinera y la esquina de las paredes de tu pieza, interceptando asi a la posible mano negra que podia salir desde abajo de tu cama...
Y mucho antes de éso, aunque sólo tenia poco más que dos años más que vos, recuerdo (lo recuerdo o me lo contaron?) aquella vez que queria hacerte upa y al tratar de sacarte del moisés, te me caiste... (y bué... asi quedaste... :P)
Recuerdo tus experimentos infantiles, la alquimista mezcla de toda sustancia que tuvieras a mano y que fueran impiadosamente inyectadas en las queridas plantas maternas para asi luego poder observar sus efectos.
Tus dibujos, tu fanatismo por dibujar y armar maquetas de aviones y las láminas. Luego la fiebre por la ficción, contraída por esa Guerra de las Galaxias que por tu culpa tantas veces tuvimos que ir a ver.
Nuestras peleas hasta las manos y es que hasta en éso teníamos que estar de igual a igual. Como aquella vez que discutimos por el tele y yo ponia un canal y vos elegias otro. Cuántos años teníamos? No me acuerdo pero ya eras tan alto como yo y empujón va y empujón viene... vos trastabillaste y caiste sobre la ventana rompiendo el vidrio con el hombro y no lastimándote gracias a la cortina. Fue larga la penitencia? Seguro que fue fabulosa! Es increible, eso no lo recuerdo, parece que la memoria es selectiva...
Desde chicos, los celos cruzados por tener toda la atención de Virginia (hermana que casi no merecemos, no?) y siempre tu ironia insultante al contestarme llamándome "mamá". Creés que eso es un insulto? para mi es un halago!
Y no puedo olvidarme del armastote ése de madera para dibujo, la regla t y las rotrings, tu guardapolvo todo escrito a fin de año, tus primeras novias..., tu lucha con el pelo y tu frustación por no poder dejártelo largo.
Los sábado a la noche acaparando el baño para arreglarte y tus mil miradas al espejo desde todos los ángulos posibles antes de salir a bailar. Tus desayunos con leche batida con huevo crudo y todos los dias entrenamiento para ganar músculo y fuerza. La colección horrorosa de raspones, roturas, orejas cortadas y la aseptisemia que te tuvo una semana internado por culpa de esa locura llamada rugby y tu bronca por esa rodilla que no te dejó jugar mas.
Tu salir a correr cuando estabas cansado que no hacia más que confirmar que eras adoptado!
El grito de nuestra madre, esa mañana temprano, cuando asustada te descubrió con la cabeza afeitada luego de la fiesta de egresados.
La primera vez que trajiste a tu novia formal a casa, la pena que tenia el dia que te fuiste a estudiar a Córdoba, el regreso de tu despedida de soltero y esa cera en la axila que durante dos dias no te animaste a sacar..., tus ojos y la emoción cuando frente al altar esperabas a Elisa para dar el si, tu cara cuando nos presentaste a Camila, a Sofia y a Pedro...
Y tantas imágenes que no se pueden resumir, tantos recuerdos increibles para estos 32 años que cumplis hoy. Mas todo lo que nos falta por vivir!
Feliz cumple, Tris!

Emiliando a las 8:52 p. m.

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