18.7.06

Casa nueva

El paso del tiempo es algo tan relativo. Depende de cómo uno lo mire o dónde ponga el ojo, nos parecerá una vorágine de sucesivos acontecimientos o una densa o interminable rutinaria laxitud.

Asi es como me parecia que fue hace poco la última vez que te escribí pero en realidad lo viví como si fuesen siglos. Y no te das una idea de cuánto te extrañé.

No puedo obviar el hecho de que mi salud ande para la miércale pues eso se torna como un cristal distorsionado y borroso desde donde sé que no puedo ver o apreciar las cosas como son. Pero estoy bien. Bien y contenta. Ahora es cuando me doy cuenta que, a veces, es tan real el dicho “Dios aprieta pero no ahorca”...

En un momento malo y cuando menos lo esperaba me cayó esta hermosa oportunidad. Tanto deseaba y sentia que necesitaba el vivir sola, estar conmigo misma, como punto de partida para tantas cosas como tengo que arreglar, que una gloriosa posibilidad se me presentó justito cuando la sentí bendición y me supo a gloria.

Espero sacarle el jugo a estos seis meses que me regalaron Irene, Guillermo y Juliana, quienes partieron a Italia dejándome su nidito a mi cuidado.

Emiliando a las 12:19 a. m.

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