28.5.06

Precisamente gracias a las empanadas, mientras las armaba, vi la transmisión en directo de la BBC, del homenaje de Benedicto XVI a las víctimas del nacismo en Auschwitz.
Además de la impotencia y todos esos sentimientos encontrados que afloran ante ese lugar, me impactó la música.
En medio del silencio a gritos que se percibia no obstante la muchedumbre, de pronto deja de llover, se abren las nubes y la luz oro del sol baña el paisaje. En el fondo del cielo aun grisáceo se pinta un arco iris enorme y en medio de la ceremonia un hombre y una mujer alternativamente cantaron a capella y después, un poco más tarde, un violín pero... qué violín!
Qué lástima y lastima de veras no saber más de música. No sé si eran canciones religiosas judias o polacas o... simplemente no sé. Pero, entre tanto horror, qué bello!

Emiliando a las 11:02 p. m.

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