26.9.07

Buenosaires


Amo los cielos, las nubes y los paisajes. Se nota?
Esta es una hermosa imagen (bué, si no lo digo yo, quién??) del rio al fondo y de uno de mis dedos(!) al frente.
Mas allá de ello (o específicamente más allá de mi dedo) la secuencia de las fotos coincidieron con mi ánimo. Comenzando por la amenaza de un horizonte problemático, tormentoso, desconocido, símbolo de mis propios temores (infundados o no, pero temores al fin). El rio revuelto y marrón. La escasa luz que opaca el discernimiento y aviva los miedos. Fresquito en el alma.

La lluvia mansa que condensa y aplaca tempestades, como sedante bálsamo ante la interminable espera. Las ganas y la necesidad de poner las cosas en perspectiva, recorrer un nuevo y desconocido camino con la urgencia de una nueva mirada.

De pronto, muchas cosas. Realidad o ficción. Mucho por procesar y escasa claridad de ideas. Nuevas sensaciones inaugurando nuevas emociones. No veo claramente. O falta luz o sobra oscuridad. Y sin embargo, todo pasa. El tiempo apremia, el tiempo no se detiene.

Pero logro ubicarme. Un obelisco me orienta. De pronto todo fluye. El rio vuelve a su cauce, me ubico, recuerdo mi norte, me reconozco, me perdono.

Y una nueva mañana me sorprende gloriosamente feliz. La perspectiva no cambió pero cambió quien miraba. La tormenta y todos sus azarosos miedos fueron vencidos. La gloria de amar descubre e inaugura senderos antes inexplorados. El horizonte es claro. El cielo azul, las nubes sólo lo acarician y el rio brilla porque no se detuvo. Busco la moraleja que me regala el rio, tal vez sea el cauce, el fluir, el seguir la corriente.

Justo cuando puse los pies en el suelo, el sol inundó todo mi espacio y asi, iluminada salí a caminar a la realidad. Y no pude dejar de registrar la belleza de ese cielo reflejado hasta en los edificios.


Y ésto?? Aqui, mi provincianeidad, perpleja.


Creo que esto es en la Plaza San Martín. Me enamoré de este árbol. Capaz que si me quedaba un ratito más contemplándolo éste empezaba a hablarme. Tal vez él mismo desde su embrujo o quizás alguna hada buena que lo habita me hubiera contado cuentos o una historia fantástica sobre hechizos, amores y buenos y malos. Pero, pucha! no pude quedarme a visitarlo.

Emiliando a las 11:01 p. m.

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