8.9.08

Erase una vez, un amor

Erase una vez dos compañeritos de la escuela primaria. El era un flaquito, alto y muy callado chico. Ella gordita, tímida y, según quién, muda o charlatana.
Además de ser compañeros desde primer grado, un dia se encontraron en el comienzo de clases de nuestra gloriosa Escuela de Música (educación musical para niños dependiente de la Universidad Nacional de San Juan) Eso los hizo más compinches. Ambos eran buenos alumnos en la primaria pero compartian el yugo de la teoria y solfeo que no alcanzaban a dominarla ni a palos.
A fines del segundo año de la escuela de música, ambos con el orgullo magullado gracias a los sermones de la profesora de piano, tuvimos una charla que resultó ser realmente un salvavidas para mi.
En mi caso, aunque no daba pié con bola y mi abuelita me prestaba el piano para practicar, jamás habia pensado abandonar, era como fallarles a mis padres que tan contentos estaban con mi "adiestramiento musical".
Para él, hijo de nada menos que el rector de uno de los colegios mas importantes, supongo que tampoco no era nada facil el panorama.
En esa charla, me contó que habia decidido no seguir pero que estudiaria porque queria sacarse diez en los exámenes finales, asi sus padres comprenderian que no era que abandonaba por flojera, por no seguir estudiando sino porque realmente la música no era lo suyo.
Al escucharlo me pareció tan valiente, tan coherente su planteo que aumentó aún mas mi admiración por él. Realmente me tenia obnubilada. Llegó diciembre de ese eterno segundo año de música y, algo asi como el 20, fueron los exámenes oral y escrito. Ambos esperamos los resultados en la galeria junto a la puerta del aula, un dia de calor sofocante y él diciendo que el año próximo si o si no volvia.
Es increible que uno se acuerde de detalles tan insignificantes, pero ambos teníamos once años, hacia calor y luego de las notas no nos veríamos sino hasta marzo siguiente.
Me daba pena no tener este contacto mas fluido de la escuela de música, en la primaria todavia estábamos en etapa de los varones con los varones y las nenas con las nenas.
Ambos sacamos 10 en nuestros exámenes y chochos y contentos nos despedimos para siempre de la música.
Pero nunca lo volví a ver. A mediados de ese enero, me contaron que escuchaba un partido en la playa y que festejando un gol, cruzó corriendo la calle y al querer entrar al hotel se topó con un blindex. Un vidrio le cortó una arteria de la pierna y aunque rápidamente lo socorrieron, no logró zafar.
Recuerdan la frase ésa que dice que existe un hombre para cada mujer? yo siempre pensé que si era asi, yo lo habia perdido cuando tenia solo once años.

.

Emiliando a las 9:45 p. m.

free web page counters